sábado, 26 de noviembre de 2011

El experimento caribeño de Monsanto

La principal productora de semillas transgénicas del mundo alquila parte de las mejores tierras agrícolas de la Isla con un esquema de legalidad cuestionable, mientras recibe incentivos de la administración Fortuño.


Cuando el ecologista Juan Rosario viajó a una comunidad de los religiosos amish en Illinois,  para aprender a hacer composta, allí en medio de una extensa planicie sembrada de maíz, se sorprendió de que ésta tuviera un laboratorio y hasta los servicios de una experta en química. ¿Qué hacía la científica en un pueblito donde los habitantes se alejan de la tecnología y practican agricultura ecológica con los métodos más simples?
Un amish vestido a la usanza, con sombrero de ala ancha, camisa blanca, pantalones y chaqueta negra, señaló a un extenso maizal que crecía en una finca aledaña.  “La científica nos ayuda a estudiar el agua de escorrentía que llega desde allí, donde Pioneer Hi-Breed siembra maíz modificado genéticamente, y usa muchos químicos”.
“¿Cómo ustedes permitieron que ellos sembraran eso ahí?”, preguntó Rosario.
El amish replicó: “Es el mismo maíz que la compañía desarrolla en Salinas. ¿Cómo ustedes permiten eso?”.
Puerto Rico, laboratorio del maíz, sorgo, algodón y soya transgénica.
Articulo completo aquí.

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