¡Productos orgánicos: una buena idea!

Por: Joel Franqui y Karla Durán

Hacia finales de los años 40, la agricultura cambió radicalmente en Norte América y en Puerto Rico también. Químicos altamente tóxicos comenzaron a utilizarse como pesticidas y herbicidas, además de fertilizantes artificiales, en el cultivo de alimentos. Esta nueva tecnología, promovida por las ciencias agrícolas y el gobierno, fue toda una revolución que llevó a un crecimiento extraordinario de la producción de comida en los países desarrollados. Aunque en aquel momento se vio esta revolución como la solución a la creciente demanda de alimentos en el mundo, otro es el panorama que ha surgido de estas prácticas.

Desde entonces, millones de libras de químicos tóxicos se han vertido en los suelos agrícolas sin haberse hecho pruebas de sus efectos a largo plazo y lastimosamente los resultados negativos comenzaron a aparecer. Tanto los insectos como los yerbajos que se trataron de erradicar con estos químicos, desarrollaron resistencia a muchos de éstos productos. Así que químicos más fuertes se tuvieron que utilizar año tras año, creando un ciclo que parecería no tener fin. A pesar de esto, aunque el uso de los pesticidas en los Estados Unidos incrementó en un 1,000% entre 1945 y 1989, la pérdida de cosechas debido a estos insectos y yerbajos dañinos se duplicó de un 7% a un 13%. Esta revolución agrícola se convirtió en un fracaso.

Para colmo, estudios realizados en 1998 mostraron que casi todos los ríos en Estados Unidos contenían al menos un tipo de pesticida en sus aguas y que alrededor de 16 mil pozos de agua potable en 45 de los estados mostraban contaminación química. Además de todo esto, los mismos productos cosechados se han convertido en una fuente de contaminación directa para las personas que los consumen. Actualmente, existen alrededor de 9 mil tóxicos aprobados para el uso en la agricultura y están afectando nuestra salud, la de la tierra y todos los demás seres vivientes con los que compartimos el planeta.

Pero no todo son malas noticias.

Para mediados de los años 80, algunas personas comenzaron a darse cuenta que algo estaba mal con esta forma de hacer agricultura. Desde entonces han surgido varios movimientos alternativos que buscan minimizar el impacto de estos químicos artificiales. Una de éstas posibilidades es la agricultura ecológica u orgánica. Los agricultores orgánicos usan métodos biológicos que mejoran la fertilidad del suelo e incrementan la biodiversidad. Controlan los insectos y las hierbas con técnicas más sanas, como la rotación de cultivos y el uso de composta como fertilizante, entre otros. Estas prácticas, sanan profundamente el ambiente natural de la finca. Reduce la pérdida de suelo cultivable por la erosión, incrementa la biodiversidad, la cual ayuda a controlar insectos y respeta los ciclos naturales de nutrientes, el agua y las estaciones del año.

El resultado es evidente. La diferencia al saborear frutas o vegetales frescos cultivados de manera orgánica es radical. Por otro lado, en la manufactura de productos orgánicos procesados, se evita añadir preservativos, aditivos y colorantes artificiales. Además, se prohíbe la irradiación de los productos, manteniendo un manejo especial y cuidadoso para prevenir la contaminación de bacterias y químicos industriales.

Comer productos orgánicos promueve la salud de nuestras familias, de nuestra tierra, agricultores y de todo nuestro entorno. Apoya este movimiento que está cobrando fuerza en Puerto Rico, consume productos locales y de cultivo orgánico. Visita “agricultoresoroverdepr.blogspot.com” para un directorio bastante completo sobre productos locales. Busca el sello de USDA ORGANIC para productos certificados.
Disfrutemos del día a día, en armonía con todo nuestro entorno. Con pequeñas decisiones podemos hacer la diferencia.

Los autores son creadores de La Chiwinha, la primera tienda de comercio justo en Puerto Rico. Para mayor información visite la página http://www.lachiwinha.com/ o la tienda ubicada en Calle González 1054, Sta. Rita – Río Piedras.